Poco nuevo puedo aportar a lo que ya se ha dicho sobre esta magnífica pala, así que abundaré sobre todo en mi opinión personal:
1.- El sonido de la pala es, cómo decirlo, lógico: cuando le das suave, poniendo la pala en una bola lenta, apenas suena, es casi mudo, muy mullido; pero cuando le das con velocidad y con bolas rápidas y fuertes el sonido es un gustazo, de los que animan a atizarle a la pelota. Como curiosidad he de decir que en un par de voleas de derecha cerca del oído ha llegado a ser ensordecedor. Así que al que no le gusten los sonidos fuertes de un campo de tiro, supongo que no disfrutará disparando con esto como yo lo he hecho.
2.- La dureza de la pala es media, ni seca ni chicle. La justa para mí.
3.- El punto dulce es grande pero claro: es evidente cuando pegas con él, pero se pueden pasar muchas bolas sin utilizarlo. De hecho he puesto en juego algunas bolas de bote pronto y algunos globos forzados casi en el borde del plano sin quedarme una bola vendida.
4.- La adaptación es rápida no, instantánea. Sólo he de tener cuidado en voleas fuertes: si abro un poco la pala y no acompaño se me pueden ir al cristal.
5.- Se maneja muy bien. La mía pesa con tres over y el protector de fábrica (enterizo como los de Akkeron) 372 gr. A algún compañero que la cogió le pareció muy ligera.
6.- La salida de bola es muy controlable. He tenido en polietileno la RP whip, con la que tenía que tener mucho más tiento.
7.- La potencia es bastante mejor que la de las otras palas que he tenido, comparable a la RP y una LW de las grises y rojas de hace cuatro años.
8.- El control es excelente: en los partidos cuento para mis adentros los errores no forzados que cometo; normalmente ando entre los 10 y los treinta, depende del día. Ayer, en mi segundo partido con ella, fueron cuatro.
9.-OPINION PERSONAL/CONCLUSIÓN:
He de reconocer que estoy entusiasmado. He tenido ocho palas en cinco años y está es la mía definitivamente. Fijaos cómo será que ayer salí por primera vez por la puerta y metí la bola ganando el punto. Llevo sólo dos partidos con ella y a lo mejor tendré que templar mis comentarios, porque han sido ocho sets ganados, con muy pocos fallos, los que cometía intentando ya la filigrana. No le encuentro puntos débiles. Y, como decía el anuncio, lo mejor es que mi codo ha dejado de roncar. De hecho, llevo tres años jugando con codera, arrastrando una puñetera epicondilitis, y ayer se me olvidó ponérmela y no la eché en falta. Bendito polietileno, bendita Jade, no cambies nunca.
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