Ayer en el pabellón estabamos a 34 grados según el termómetro de una señora, fuera había 37. No se podía estar sin beber líquidos (con lo que también han hecho una buena caja), según he podido saber, incluso a Juan Martín uno de los días se le bajo la tensión y no iba al pabellón hasta que no le avisaban porque soporta muy mal el calor.